Filtración, evaporación y sequía retrasan su captación

De la Redacción

Chihuahua.- A pesar de las lluvias que se registraron en las últimas semanas en la zona serrana, cuyos escurrimientos incrementan el cauce de los ríos que abastecen a las presas del estado, el nivel de captación está aún bajo debido a la sequía, la evaporación y la filtración que se da a lo largo de los principales afluentes.

En promedio las presas se encuentran al 22 por ciento de su capacidad, de acuerdo con el último informe emitido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

El principal afluente de La Boquilla, el Río Conchos, que nace desde Bocoyna, y tiene que realizar un recorrido de cientos de kilómetros antes de llegar a descargar, se encontraba totalmente seco, motivo por el cual el agua de lluvia tuvo que humedecer la cuenca, antes de empezar a nutrir sustantivamente a la principal presa de Chihuahua, expreso el especialista y académico, Kamel Athie Flores.

Además, las altas temperaturas, la filtración y la evaporación, necesariamente generaron consumo importante de agua, lo cual explica que apenas La Boquilla esté recibiendo el agua de lluvia que se genera en la sierra de Chihuahua, donde ha existido una importante precipitación.

Las represas que existen a lo largo de los más de 205 kilómetros que tiene que recorrer el Rio Conchos antes de llegar a la Boquilla, son insignificantes para los volúmenes que maneja dicho afluente, aún y cuando algunas sean importantes, como la localizada en Situriachi, comentó.

Luego de que en el mes de mayo Chihuahua ocupara el primer lugar a nivel nacional en cuanto a afectaciones de sequía, que llegó a la clasificación de excepcional en dos municipios, según la Conagua, la activación del fenómeno meteorológico conocido como Monzón Mexicano durante el mes de junio fue una buena noticia pues trajo consigo precipitaciones pluviales en gran parte de la entidad.

Cabe señalar que según la información emitida el 31 de julio del presente año por la Conagua, el nivel de lluvias en estos dos meses no superó la media acumulada de precipitaciones en el mismo periodo de los años anteriores.

En dicho sentido en el mes de junio de este año las lluvias promediaron 72 milímetros a nivel estatal, casi 50 milímetros menos que las que se presentaron en 2021 cuando alcanzó un promedio de 129.4 milímetros, mientras que en junio que concluyó con un promedio de 111 milímetros, que representó la mitad de lluvias del año pasado cuando en el mismo mes se registraron 251 mm.

Es así que la cantidad de lluvias de estos primeros dos meses de la temporada no ha sido la ideal. A esto se añade que el estado se ubica por debajo de la media nacional en cuanto al promedio de lluvias del país, según lo señala el investigador Kamel Athie, al señalar en su publicación titulada “El agua de México y Chihuahua” que Chihuahua es el estado de mayor extensión territorial del país; el 73 por ciento de su territorio es árido y seco, con precipitación pluvial muy escasa de 431 milímetros promedio anual, muy debajo de la media nacional de 778.6 milímetros. La precipitación es aún menor, de 300 a 500 milímetros, en la zona árida en la que se asienta la mayoría de la población y de la actividad productiva”.

Y si bien la precipitación es mayor en la zona serrana que supera los 600 mililitros anuales, enfatiza que por su hidrografía gran parte de esa agua escurre a Sinaloa y Sonora “con poco aprovechamiento para Chihuahua. Mientras que otra parte forma el río Conchos y sus afluentes que descargan al Río Bravo, limitándose su utilización por el tratado binacional de aguas.

Asimismo en cuanto a la hidrología del estado de Chihuahua especifica que esta tiene tres vertientes: Pacífico (ríos Fuerte y Papigochi), Golfo (ríos Conchos y Bravo) e Interior (Cuencas Cerradas del Norte y Bolsón de Mapimí).

“En la primera se produce un gran caudal de agua superficial que en su mayoría no está disponible para Chihuahua, ya que la orografía de la región serrana no lo permite y vierte hacia la planicie costera del pacífico norte, beneficiando a los agricultores de Sinaloa y Sonora; en la segunda, el agua superficial que escurre en Chihuahua aproximadamente el 40% está comprometida con los productores de Coahuila y Tamaulipas y los EUA; y finalmente, en la tercera vertiente el agua superficial que se produce es escasa, con las limitantes que esto conlleva en el desarrollo de la infraestructura hidráulica del Estado”.

-Reporte de Presas

La presa La Boquilla, que es la más grande del estado con una capacidad de almacenaje de 2 mil 846 millones 782 mil metros cúbicos, se encuentra al 20.5 por ciento con un total de 582 millones 886 mil de metros cúbicos y ha mostrado signos de recuperación, pues el nivel más bajo que alcanzó este año fue de, 19.5 por ciento.

Esta presa es alimentada por el río Conchos, que es el caudal más grande del estado, nace en la Sierra Madre Occidental, en el municipio de Bocoyna y atraviesa los municipios de Carichí, Satevó, Valle de Zaragoza, San Francisco de Conchos, en dónde se ubica la presa La Boquilla, posteriormente, cruza los municipios de Camargo dónde forma el Lago Toronto y Delicias.

Luego de esto, el Conchos cruza los municipios de Julimes, Aldama, Coyame del Sotol y Ojinaga, en Aldama recibe el agua por su margen izquierda de otro importante tributario como lo es el río Chuvíscar; posteriormente es embalsado en la presa Luis L. León, conocida como El Granero, la segunda más importante del estado, y luego atraviesa el cañón del Pegüis, forma una última presa que la Toribio Ortega en las cercanías de Ojinaga, y en la orilla de esta última ciudad se une al río Bravo.

Según el reporte de lluvias emitido por la Coordinadora Estatal de Protección Civil (CEPC), en la zona de Bocana-San Juanito, se tiene un acumulado de 344. 8 mm pluviales entre los meses de enero y julio. El mismo informe, establece que, en 2021, el acumulado fue de 250.4 mm de lluvia.

En Creel, cuyos algunos escurrimientos también alimentan el cauce del Conchos, se tiene una lluvia acumulada de 371.2 mm pluviales, también superior a la que se acumuló el año anterior que fue de 345.2 mm pluviales.

La presa Luis L. León, conocida como “El Granero”, se localiza en el municipio de Aldama y también es alimentada por el Río Conchos, con su afluente del río Chuvíscar y tiene una capacidad de 284 millones 382 mil metros cúbicos, actualmente tiene un almacenaje de 40 millones 574 mil metros cúbicos, que representan el 14.3 por ciento de su capacidad.

En los municipios que recorre previo a “El Granero”, en Camargo se tiene una acumulación de apenas 26 mm pluviales, mientras que, en 2021 se captaron 166.6 mm; en Aldama, la lluvia acumulada 142.6 mm, aún por debajo de los 168.6 que se registraron el año anterior.

Otra de las presas de mayor relevancia, por su aportación a la agricultura, es la Francisco I. Madero conocida como “Las Vírgenes”, esta presa se localiza en el municipio de Rosales y tiene una capacidad de 333 millones 318 mil metros cúbicos, actualmente almacena 95 millones 333 mil m3 para un 28.6 por ciento.

Las Vírgenes es alimentada principalmente por el río San Pedro, su cuenca nace en el municipio de Belisario Domínguez, recorre Nonoava, Gran Morelos y General Trías, además de algunas partes de Cusihuiriachi, Chihuahua, Riva Palacio, San Francisco de Borja, Valle de Zaragoza, La Cruz, San Francisco. de Conchos, Rosales, Satevó, Cuauhtémoc, Carichí, Delicias, Saucillo y Meoqui.

La región en la que nace el río, presenta una lluvia acumulada de 156 mm pluviales, por debajo de los 233 mm que acumuló el año pasado.

Asimismo la presa que se encuentra en Parral tiene una capacidad de 4.5 millones de metros cúbicos, muy por debajo de las anteriormente mencionada apenas ha alcanzado el 1 por ciento de su capacidad. Esta también surtía agua a la población de aquel municipio y es alimentada principalmente por la corriente del río Parral.

De las diez presas analizadas por la Conagua todas a excepción de El Rejón y Chuvíscar, son utilizadas por un distrito de riego y según apunta el investigador Athie: La demanda de agua superficial es mayor a la de hace décadas y la situación de su agotamiento “es explicable por los embates del cambio climático que está presente con la menor captación en las presas. Por ejemplo, en la década de los noventas se regaban dos ciclos completos: primavera-verano y otoño-invierno, desde hace 20 años, este último fue eliminado por dicha razón”, apunta.

Y abunda en que: “Las aguas superficiales en el estado cobran singular relevancia, dado que de ellas depende el riego de 200 mil hectáreas de la entidad, pero sobre todo porque con estas aguas se sustenta la superficie costera del Pacífico Norte, con las aportaciones que se hacen por la cuenca del Papigochi, y de alguna manera se apoya el riego de las áreas del Bajo Río Bravo y Bajo Río San Juan, provenientes de la cuenca del río Conchos.

“Chihuahua por su extensión territorial y sus cuencas cerradas, es un gran receptáculo para captar las aguas de lluvias que regularmente escurren por arroyos y ríos y mucha más que se infiltra en sus numerosos acuíferos. El agua de lluvia sirve también para permitir el desarrollo de grandes praderas con pasto navajita con las cuales se sustenta el ganado. El agua de Chihuahua es estratégica en el contexto nacional, dado que con ella se cumplen los compromisos de los tratados internacionales pactados con Estados Unidos, de los cuales el estado no recibe ningún beneficio al no poder disponer de las aguas comprometidas desde hace décadas. Se estima que de los 11,800 millones de metros cúbico de agua que escurren al año en el estado, 7,500 salen a Sonora, Sinaloa, Coahuila, Tamaulipas y Estados Unidos. Ingresando aquí 280 Mm3”.

Es importante señalar, no obstante, que “en el estado el 99 por ciento de la población y la industria se abastece aguas del subsuelo. Mientras que la agricultura de riego, establecida de acuerdo con nuevas cifras estimadas por los investigadores Kamel Athie y Melchor López, es de 729 mil hectáreas, de las cuales 530 mil se riegan con aguas del subsuelo y el resto con agua superficial de los distritos y unidades de riego mencionadas.

Sin embargo la situación de sobreexplotación de acuíferos es un tema también de importante tratamiento, pues actualmente de se cuenta con 61 en la entidad de los cuales según la Conagua al menos 19 están sobreexplotados. Es así que a pesar de que en años como 2014 las lluvias fueron abundantes debido a ciclones principalmente en el Pacífico la disponibilidad del agua en el estado de Chihuahua sufre crisis recurrentes debido a “la combinación de múltiples factores antropogénicos y naturales que colocan la disponibilidad del recurso hídrico, superficial y subterráneo en una situación crítica que conduce a una serie de problemas en el abasto a los hogares, pero también en la agricultura”, puntualiza.

Francisco Córdova/El Diario de Chihuahua

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