La comunidad de El Paso mantiene viva la herida por el ataque antimexicano que segó la vida de 23 personas; pese a sentencia exigen aún justicia, al cumplirse hoy cuatro años

By Staff

En el marco del cuarto aniversario luctuoso de la masacre registrada en Walmart de Cielo Vista, hoy 3 de agosto las familias afectadas lloran nuevamente a sus muertos y recuerdan con profundo dolor el fatídico día que dejó devastada a una comunidad binacional que nunca imaginó que sería el blanco de un ataque mortal de manos de un supremacista blanco invadido por el odio racial.

A 48 meses de distancia de esa masacre, que dejó un saldo de 23 personas muertas y 23 más heridas, familiares de las víctimas, autoridades y líderes comunitarios participarán en una serie de eventos conmemorativos para rendir tributo a los finados y sobrevivientes.

A pesar de que el autor intelectual y material de la masacre, Patrick Wood Crusius, fue sentenciado a 90 cadenas perpetuas consecutivas por el juez federal David Guadarrama, y que podría enfrentar más castigos en el juicio estatal pendiente –incluida la pena de muerte–, familiares y sobrevivientes del atentado exigen justicia y un alto a la violencia armada.

“Nuestros corazones siguen rotos mientras reconocemos el dolor y el sufrimiento que padecieron las veintitrés personas fallecidas, los sobrevivientes, sus familias y toda la comunidad de El Paso”, dijo el obispo de la Diócesis de El Paso, Mark Seitz.

El certero ataque a la comunidad hispana, en especial a la mexicana, dejó una herida que jamás sanará, pero al mismo tiempo generó el compromiso de fomentar una cultura del amor y de la vida, y de construir juntos puentes entre las diversas comunidades multinacionales, agregó.

Entre lágrimas recuerda

Consternada, Angelica Silva aún recuerda entre lágrimas aquel sábado que parecía como cualquier otro, pero resultó ser un día que no olvidará jamás.

“Fue una etapa muy difícil para todos, especialmente para las personas que estuvieron presentes en la tienda y que perdieron a un ser querido o resultaron heridas”, dijo la supervisora de un restaurante de comida rápida.

Ella, al igual que muchos residentes de El Paso, afirmó que aunque es un día triste debe recordarse no sólo por el hecho violento, sino por las vidas que se perdieron y aquellos que lograron sobrevivir al ataque.

Rememoró que ese día fue raro para ella, ya que en la mañana se levantó leyendo un artículo de la cadena de noticias CNN sobre unas personas que estuvieron en un tiroteo en un festival en California, quienes también habían estado presentes en otra balacera en Las Vegas, Nevada.

“Válgame Dios, ¡qué coincidencia haber estado en los dos tiroteos!, y pensé entre mí: ‘ojalá y que nunca me toque eso…’, y cuatro horas después recibí una llamada de mi empleado en la que me decía que habían baleado a una mujer y a su niño frente a la tienda”, dijo quien nunca imaginó que se trataba de un tiroteo.

Alterada, explicó que lo primero que hizo fue pedirles que se fueran a un área segura y llamar al 911 para pedir ayuda; sin embargo, las líneas estaban ocupadas.

Apurada arribó al estacionamiento, bajó de su automóvil y pidió información a uno de los primeros policías en llegar, quien custodiaba la escena. No recibió respuesta y sólo le indicó que se retirara.

“Antes de retirarme escuché a otra persona que le decía al oficial que había otros dos cuerpos tirados, por lo que ahí comprendí que estaba presente en lo que había sido un tiroteo”.

Lecciones de vida

Silva dijo que corrió histérica por el estacionamiento rumbo a la tienda de Sam’s, contigua a Walmart, para resguardarse, y fue ahí donde encontró a salvo a sus empleados. A su paso vio una camioneta tapizada de balazos.

“Creo que una de las grandes lecciones que aprendimos todos es que no hay que pensar que no va a pasar aquí. Todo es posible y en todos lados”, expresó.

Explicó que al estar conscientes del alrededor se pudo haber visto desde el principio algo sospechoso, algo raro, y más cuando se ve a una persona armada. “Debemos estar alertas en donde estemos, porque la vida sigue y tenemos que vivir sin miedos y atentos”.

Para el obispo Seitz este tipo de acontecimientos a pesar del dolor, dijo, como comunidad hemos demostrado una notable resiliencia en los años transcurridos desde esta tragedia. “Nos hemos unido, ofreciéndonos apoyo y consuelo unos a otros, demostrando el poder de la unidad y la compasión”.

Hermandad única

Estela Velázquez, sobreviviente de la masacre, dijo que no ha podido superar del todo el ataque. “Triste porque perdí a mi esposo –Juan de Dios– y a mí porque me quedé con una bala en el estómago y por eso estoy como estoy. ¡Míreme!”, dijo quien no cree que el asesino confeso tenga problemas mentales como lo establecieron en el juicio.

Angelica Silva, quien participó junto con policías locales en una campaña de venta de pulseras conmemorativas a la solidaridad con las víctimas, justo para ayudar a la familia Velázquez, resaltó que la tragedia trajo consigo una hermandad única.
“Vimos como nunca cómo la gente se unió para ayudar a las víctimas con terapias; a los policías y paramédicos les llevaban agua y alimentos. Todos se unieron para aportar su granito de ayuda. Hubo un gran amor al prójimo”.

No obstante, expresó que uno de los momentos más dolorosos fue cuando los detectives le pidieron que los acompañara a revisar las cámaras de video del establecimiento como parte de la investigación.

“Antes de entrar me dijeron que acaban de remover los cuerpos, que había un fuerte olor a sangre y que las cosas estaban como se habían quedado el día del tiroteo. “Aún así les dije que, si era para ayudar, lo haría”
Mencionó que otra de las experiencias que tuvo luego de la tragedia fue participar como productora en el documental 915, producido por el cineasta Charlie Minn, el cual rindió homenaje a las víctimas del tiroteo masivo por motivos raciales.

“Fue muy triste escuchar los testimonios de testigos y víctimas, pero creo que todo esto sucede por la falta de valores. Creo que todo esto comienza en la familia y creo que todos estos tiradores no tienen el amor de su familia, no tienen la atención y eso es muy importante”, dijo conmocionada quien también participó en el documental del tiroteo en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, donde murieron 19 niños y 2 maestras a manos de un hombre armado.

En este cuarto aniversario luctuoso el obispo Mark Seitz ofreció su apoyo y acompañamiento continuo a todos los supervivientes y familias afectadas y subrayó: “permanezcamos todos vigilantes para abordar las causas profundas del odio, la violencia y el racismo”.
Honremos la memoria de los que han muerto, comprometiéndonos en la búsqueda del diálogo, la paz y el trabajo por la justicia, puntualizó el líder de los católicos en El Paso.

Foto cortesía

Archivo / Con ceremonias, autoridades y activistas buscan vencer el odio y los prejuicios raciales que ocasionaron una tragedia como la del 3 de agosto de 2019.Jaime Torres/El Diario de El Paso

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