Residentes aprenden a realizar tareas y aprovechar el tiempo mientras esperan para cruzar a EP
By Staff
Las esperas de hasta más de tres horas para cruzar de Ciudad Juárez a El Paso por los diversos puentes internacionales han trastornado y desesperado a los residentes paseños que visitan la vecina ciudad con fines de negocios, turismo o familiares al tener que soportar la lentitud del tráfico, aunque muchos han tratado de sacarle provecho adelantando sus tareas.
Tal como se había pronosticado, el cierre del puerto Córdova-Américas (BOTA) empezó a causar estragos desde el primer día en que se bloqueó el paso a los tractocamiones con el fin de habilitarlo como centro de procesamiento de los cientos de migrantes que cruzan a diario la frontera.
“Esto es ya un calvario, me formé a las seis y pasé después de las nueve… es muy desgastante”, dijo Sofía Alvarez, luego de cruzar el puente de Ysleta.
Ella, como miles de personas, ha tenido que lidiar con la larga espera para poder llegar a su destino.
“En promedio cruzo de dos a tres veces por semana y lo más que hago regularmente es de 45 minutos a una hora y media”, dijo la madre de familia.
Alberto Esquivel, empleado de una refaccionaria, manifestó que acostumbra visitar a su familia una vez por semana porque no le gusta permanecer en fila mucho tiempo. De no existir las largas filas le gustaría venir de dos a tres veces, sin embargo la experiencia de esta semana fue tremenda.
“Ahora sí que me sorprendieron y para mal… no imaginé que el cierre a los tráileres afectara el cruce de los particulares”, dijo aún incrédulo por haber hecho 2 horas con 45 minutos. “De haber sabido no hubiera ido”, señaló.
En los diversos cruces y conforme avanzaba la fila muchos automovilistas dijeron haber estado preocupados porque sus automóviles no sufrieran alguna falla mecánica. “Vi muchas personas que estaban batallando porque sus autos se ‘calentaron’ o con los vidrios abiertos porque apagaron el aire para evitarlo”, externó Sergio Acosta, quien pasó sin contratiempos.
Quien no corrió con la misma suerte fue Marina, empleada de una tienda de conveniencia, quien antes de subir la joroba del puente vio cómo el indicador de temperatura subía.
“Empezó a cascabelear y tuve que hacerme a un lado, esperar a que bajara la temperatura y continuar un rato más, sin embargo, a los pocos metros de avance se empezó a calentar de nuevo.
No obstante y como suele ocurrir, se encontró con buenos samaritanos que la socorrieron con un par de galones de agua y fue así como después de llenar el radiador de agua pudo avanzar. “Se siente horrible y uno que trae automóviles viejos batalla más”, resaltó la afectada, que al llegar a mitad de puente descansó y condujo en neutral de bajada para evitar el desperfecto.
Pero mientras unos iban nerviosos, desesperados y hasta irritados, otros vieron el lado positivo y aprovecharon para realizar tareas de trabajo, escuela o pasatiempos.
“Ya estaba programado y me dije si voy a hacer tres horas o más haré mi tarea de Biología”, dijo Carlos, un estudiante de la Universidad de Texas en El Paso, quien sacó una buena tajada de la larga espera.
Otro de los usuarios habituales de los cruces fronterizos disfrutó en su travesía, junto con su esposa, de una buena película. “Teníamos varios meses de querer ver una película que se estrenó en marzo de este año que se llama ‘Ant-Man y la Avispa: Quantumanía’ así que abrí mi aplicación y la vimos”, dijo entusiasmado y con buena vibra.
María y Pablo, quienes viajaban con sus dos hijos adolescentes, parafraseando dijeron: “Al mal tiempo, buena cara”, un dicho popular atribuido al padre fundador de los Estados Unidos, Benjamin Franklin.
Para ellos el haber permanecido tres horas en fila les dio la oportunidad de platicar y convivir con sus hijos. “El tiempo es oro”, exclamó ella acompañada de una sonrisa al recordar este otro refrán para que la gente aproveche el tiempo que se ve como perdido, pero que en realidad es una buena ocasión para escuchar y orientar a los hijos.
Empero, en medio de opiniones encontradas lo cierto es que mientras para unos fue un verdadero calvario el cruzar la frontera para otros resultó un tiempo extraordinario para realizar actividades o convivencia con la familia.
De acuerdo a las autoridades de la Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) el cierre del cruce al tráfico comercial es temporal por lo que esperan que en breve se normalice una vez que procesen a los inmigrantes.
Y es que la llegada sorpresiva de miles de migrantes los obligó a utilizar esas instalaciones de manera emergente ante la saturación de las existentes.
A su vez las autoridades locales en conjunto con organizaciones en apoyo a refugiados, trabajan para albergarlos y hacer frente a esta nueva oleada que está a punto de convertirse en una nueva crisis migratoria.
El objetivo es darles salida rápida para que avancen y lleguen a su destino que son las diversas ciudades del interior del país como Houston, Denver, Chicago, Washington y Nueva York.
Foto cortesía
Calvario de regreso a casa/Jaime Torres/El Diario de El Paso