Despliegue noticioso antiinmigrante desata ataques como el de Walmart de Cielo Vista
By Staff
En la última década, uno de los patrones que investigadores del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo han detectado es que los crímenes de odio contra los latinos aumentan cuando hay noticias nacionales que involucran a hispanos, según un reporte de Noticias Telemundo.
Una expresión de este odio racial fue el tiroteo del 3 agosto de 2019 en Walmart de Cielo Vista, en El Paso, que dejó 23 muertos y un número igual de heridos, a consecuencia de un tirador racista que viajó diez horas desde un suburbio de Dallas “para matar mexicanos”.
El informe periodístico de Albinson Linares señala que los crímenes de odio contra latinos se intensifican cuando, por ejemplo, hubo una amplia cobertura mediática de las caravanas de migrantes que viajaban hacia el norte desde Centroamérica.
A nivel nacional, las estadísticas del FBI publicadas el 16 de octubre muestran que los crímenes de odio aumentaron un 47% entre 2019 y 2022. Poco más del 60% de esos crímenes tienen motivaciones raciales y alrededor del 15% tienen motivaciones religiosas.
“Hemos visto un aumento real de los crímenes de odio dirigidos contra judíos, afroamericanos y personas que se identifican como hispanos o latinos. Y este impacto lo sienten directamente las personas”, explica Rachel Carroll Rivas, subdirectora de investigación del Southern Poverty Law Center.
En 2022, el FBI registró 11 mil 643 delitos de odio, la cifra más alta jamás registrada, que batió el récord del año anterior (10 mil 840 incidentes).
“Los crímenes de odio han aumentado de manera bastante constante durante los últimos ocho años. Pero hay ciertos grupos que han sufrido este aumento de manera desproporcionada, y la comunidad hispana es un ejemplo”, dijo Carlos Cuevas, académico de la Universidad Northeastern que ha colaborado con investigaciones con el Departamento de Justicia.
“La gente no se siente segura ni siquiera yendo a la tienda, haciendo cosas cotidianas como llevar a los niños a la escuela, ir a comprar comida, simplemente caminar por la calle, sientes que estás en peligro todo el tiempo”, dijo Ivette. Xochiyotl Boyzo, activista e investigador del Proyecto de Investigación de Bases de Datos La Raza.
Impacta a estudiantes
Según los expertos del centro, los aumentos en los delitos contra latinos fueron más frecuentes en las ciudades del Medio Oeste o del Este, con caídas en el Suroeste.
Más de la mitad de los estudiantes latinos consideraron dejar la universidad el año pasado.
“Algunas de las principales cosas que vemos son amenazas y ataques simples. Esos son los tipos más comunes de crímenes de odio contra los latinos. Pero están ocurriendo otros tipos de ataques más graves y estamos preocupados por este aumento”, dijo Levin, quien ha investigado este tipo de delitos durante más de 30 años.
Los informes de los medios reflejan este aumento de los ataques contra la comunidad hispana. El 10 de agosto, Alan Dale Covington, de 55 años, fue declarado culpable de un delito de odio por atacar a tres miembros de una familia latina que dirigía una tienda de llantas en Salt Lake City.
En julio, los fiscales de Maryland presentaron cargos por delitos de odio contra un hombre acusado de matar a tres hispanos y herir a otros tres en una disputa por un lugar de estacionamiento. Un hombre del Bronx, Nueva York, fue acusado de crímenes de odio en febrero por acusaciones de que atacó a una mujer hispana de 72 años y le gritó insultos raciales, según los fiscales.
Con miedo en El Paso
“Es extraño porque parece que las cosas siguen igual de siempre, pero en realidad todo cambia. Se vive con miedo después de los tiroteos, la gente está tensa y se nota un cambio en los hábitos. La gente no es la misma después de esos crímenes”, dijo Deborah Anchondo en El Paso.
A Anchondo le gusta cuando su sobrino juega con sus carritos en el taller de automóviles de la familia en El Paso.
“Es inocente, muy guapo, un niño feliz, un milagro que se haya salvado”, dijo en entrevista con Noticias Telemundo.
Lo que no le gusta es cuando, en los juegos infantiles, el niño coge una pistola de juguete y quiere disparar a los malos.
A la mujer de 43 años todavía le tiembla la voz cuando habla del 3 de agosto de 2019, el día en que André y Jordan Anchondo, su hermano y su cuñada, fueron asesinados a tiros mientras protegían a su hijo, que entonces solo tenía 2 años, en el ataque racista contra latinos en una tienda Walmart en El Paso, que dejó 23 personas muertas y más de dos docenas de heridos.
“Antes de eso, lo único que me había pasado era que me robaron el estéreo de mi auto en 1998. Ahora también somos víctimas de ese resentimiento, ese odio que cambió por completo a El Paso”, dijo Anchondo, quien ayuda a criar a Paul Gilbert, el hijo de su hermano.
Mientras una familia se recupera de las profundas repercusiones del tiroteo masivo racista de 2019, una investigación del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California encontró que en 2022 las 10 ciudades más grandes de Estados Unidos registraron un aumento promedio del 22% en delitos de odio denunciados, totalizando mil 889 casos.
“2021 también fue un año récord. En 2022, los delitos de odio se estabilizaron, pero no en todas partes. No sucedió en ciudades como Nueva York, Los Ángeles o Chicago”, dijo Brian Levin, director fundador del centro, en entrevista con Noticias Telemundo.
Los Ángeles, la segunda ciudad de Estados Unidos, registró en 2022 el mayor número de crímenes de odio del país, 609, de los cuales 195 fueron contra afroamericanos, 98 contra la comunidad LGBTQ+, 91 contra judíos y 88 contra latinos, según Levin. Chicago, la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, tuvo el mayor aumento, con un 85% más de crímenes de odio que el año anterior, seguida de Austin, Texas, con un aumento del 59%.
Según el próximo informe, que se proporcionó por primera vez a Noticias Telemundo antes de su publicación, los delitos de odio contra los latinos aumentaron un 2.8% en 2022 después de un aumento del 41% en la encuesta de las principales ciudades de 2021.
“En 2021 hubo un aumento significativo de los crímenes de odio contra la comunidad latina. Aumentaron en Phoenix, Chicago, Nueva York, Boston, Houston, Austin y Fort Worth”, dijo Levin.
“Estamos viendo diferentes grupos de personas en los Estados Unidos involucrándose en teorías de conspiración, a veces antimusulmanas, a veces antiafroamericanas y a veces antilatinas”, dijo Levin.
Patrick Crusius, el hombre que disparó y mató a 23 personas, la mayoría de ellas latinas, en el ataque de El Paso, fue sentenciado en julio a 90 cadenas perpetuas después de declararse culpable de delitos federales de odio por uno de los peores tiroteos masivos en la historia del país. Aún podría recibir la pena de muerte en un juicio estatal por los asesinatos cometidos durante la masacre.
“Ese tiroteo no solo mató a mi hermano y a mi cuñada, también se llevó a mi papá, Gilberto Anchondo, quien murió en 2021. No soportaba el dolor, no podía dormir, siempre estaba pensando en André. Lo extrañaba mucho. Yo digo que se fue para unirse a él”, dijo Anchondo.
Retórica antiinmigrante
El uso de retórica intolerante por parte de los políticos en torno al aumento de los cruces fronterizos juega un papel en estos incidentes, dijo Levin.
Otro elemento que destacan los investigadores es la proliferación de teorías conspirativas que estigmatizan a las minorías y promueven el odio hacia comunidades étnicamente diversas, como los hispanos.
“Hay grupos antiinmigrantes activos que han tomado el poder en muchas esferas políticas, y también repiten conspiraciones falsas y racistas que crean una cultura en la que los crímenes de odio prosperan y ocurren”, dijo Rivas, del Southern Poverty Law Center.
El número de crímenes de odio contra latinos puede ser mayor de lo que muestran los registros oficiales, dijo, porque los departamentos de policía no registran consistentemente la información racial y étnica de las personas.
“Es posible que muchas personas no denuncien estos delitos, por lo que la policía y los gobiernos locales deberían realizar actividades de divulgación en diferentes idiomas, como el español, para informar sobre recursos para las víctimas de delitos de odio”, dijo Levin.
Según Rivas, “muchas comunidades en Estados Unidos no reportan las cifras de estos crímenes… Tenemos condados enteros que no reportan nada”.
Cuevas, investigadora de la Universidad Northeastern, dijo que han encontrado que la gente tiene miedo de llamar a la policía si no tienen documentación legal de inmigración, “y eso es terrible porque estos son crímenes que quedan impunes. También hemos notado que en comunidades donde hay hispanos, las cifras de criminalidad son un poco más bajas y eso puede ser positivo en el futuro”.
El poder del perdón
Han pasado más de cuatro años desde el tiroteo de El Paso, y los crímenes de odio en Texas siguen aumentando, según datos del Departamento de Seguridad Pública del estado, que en 2022 registró 549 incidentes, un aumento del 6.4% respecto al año anterior.
“La historia latina está ausente en las escuelas públicas y en el discurso estadounidense, todo lo cual crea una situación peligrosa para nuestra comunidad”, dijo el representante Joaquín Castro, demócrata por Texas. “En Texas, mi estado natal, los crímenes de odio contra los latinos se han triplicado en la última década, por eso creo que los estereotipos y borrar nuestra historia tienen consecuencias reales en la vida de las personas”, dijo el representante Joaquín Castro, demócrata por Texas.
En julio pasado, las víctimas del tiroteo de El Paso pudieron confrontar a su asesino en la corte. Allí estaba Deborah Anchondo, temblando de emoción e inundada de recuerdos de su hermano y su cuñada. En lugar de colmar a Crusius de insultos, decidió leer una carta de su sobrino dirigida a su padre, su hermano asesinado.
“Sé que me miras desde el cielo, y un día te volveré a ver a ti y a mamá”, decía la carta que escribió su sobrino. “Te quiero mucho y gracias por querer tenerme”, leyó en la corte, lo que hizo estallar a Crusius en lágrimas, según Anchondo.
A pesar de la devastación emocional que ha significado para su familia la muerte de su hermano, Anchondo dijo que están luchando por seguir adelante y, sobre todo, por hacer feliz al pequeño Paul.
“Perdoné a ese hombre, el asesino de mi hermano. No creo en la pena de muerte, siento que es peor saber que vas a pasar el resto de tu vida en una celda”, afirmó. “Es peor vivir cada día pensando en lo que hizo, en las vidas que terminó, en los sueños que terminó”.
Archivo / Tributo a muertos en masacre/El Diario de El Paso