Sorprende a autoridades respuesta de la comunidad a programa antiviolencia
By Staff
Un total de 550 armas, entre pistolas y rifles de diversos calibres, fueron recolectadas durante la realización del programa de recompra de armas por dinero en efectivo (gun buyback program) llevado a cabo en el condado de El Paso a finales de octubre en un evento organizado en el parque Ascarate, e impulsado por el comisionado Carlos León, del Precinto 1.
A pesar del nerviosismo entre los funcionarios, al desconocer la respuesta ciudadana, la expectativa fue superada por mucho a lo estimado por los funcionarios de la Corte de Comisionados, que vieron con sorpresa cómo los ciudadanos abarrotaron el lugar.
“La verdad estaba muy intranquilo porque no sabía que tanta gente estaba interesada. Primero dije que esperaba 100, pero conforme se llegaba el día dije que serían 25, pero el que hayan sido más de 500 fue un gran éxito”, expresó León, quien anunció que en marzo del 2024 habrá otro evento similar.
Manifestó que el programa dirigido a las personas que saben que hay armas almacenadas de manera insegura en casa o que no quieren tener acceso a esas pistolas representó una buena oportunidad para deshacerse de ellas.
Enfatizó que el objetivo del programa es reducir la cantidad de armas de fuego que podrían provocar lesiones o la muerte, pero también educar a la comunidad sobre estrategias de prevención de la violencia armada.
Resaltó que ante el incremento de hechos de sangre en las calles del condado, en los que han relucido las armas de fuego, llevó al estudio y aprobación del programa que ya se lleva con éxito en varias ciudades de Estados Unidos.
De acuerdo con el comisionado León el programa permitió a los propietarios de armas entregarlas voluntariamente a cambio de dinero en efectivo, vales, tarjetas de regalo o artículos de valor que iban de los 50 a los 200 dólares, según el estado de las armas, sin hacer preguntas ni cuestionamientos sobre su compra o posesión.
“Muy buena oportunidad para deshacernos de estas armas que en verdad representan un serio peligro en nuestras casas”, dijo David Allen, luego de entregar un revólver y recibir su tarjeta de regalo.
Él, como cientos de personas que atendieron el llamado, se pronunció porque este tipo de programas sean permanentes y se lleven a los diferentes barrios de la ciudad, en especial a aquellos considerados como conflictivos.
Apuntó que la incidencia delictiva se ha agudizado en los últimos meses y desafortunadamente han muerto varias personas.
“Tenemos que poner un control a la venta indiscriminada, es tiempo de parar la violencia y esta iniciativa contribuye a que haya menos armas de fuego. Esto no violenta nuestros derechos ni contraviene a lo establecido en la Constitución, sólo que seamos responsables en su uso”.
En el mismo tono habló Mauricio Salazar, residente del Este de El Paso. “Me parece que esta entrega de municiones desaparecerá o reducirá el número de armas que se tienen en casa y por ende no estarán al alcance de niños ni jóvenes”, dijo el padre de familia, quien ha experimentado de cerca el peligro que representan las armas.
Hablan las estadísticas
Estadísticas del Departamento de Policía indican que son varios los ejemplos que describen la problemática. Hechos fatales en los que se involucran adolescentes y armas de fuego son alarmantes.
En febrero, un hombre de 16 años fue acusado de asesinato en relación con la muerte a tiros de otro adolescente dentro del centro comercial Cielo Vista. En junio, dos personas fueron hospitalizadas después de un tiroteo en una fiesta en una casa en el este de El Paso. Y en julio seis personas fueron llevadas al hospital después de recibir disparos en otra fiesta en una casa en el Valle Alto.
“Si podemos salvar a una persona y una vida porque entregaron esa arma entonces podremos decir que el objetivo se ha cumplido y ello demuestra que no tiene precio”, dijo Robert Rojas, de la Oficina del Sheriff, tras resaltar que en la historia reciente este programa de seguridad es uno de los primeros de su tipo. El último se organizó a principios de 1990.
“Son un mecanismo para que las autoridades gubernamentales aborden la violencia armada a nivel local y retiren de forma segura las armas de fuego no deseadas de la comunidad”, se estableció en la agenda que dio pie a su autorización con un presupuesto para su implementación de alrededor de 300 mil dólares, recursos provenientes del programa federal ARPA.
No obstante y a pesar de los esfuerzos para impactar en la reducción de la criminalidad especialistas afirman que programas como estos ayudan en poca medida a la reducción de la violencia, pues se requieren de otros para ser más efectivos en el combate al crimen.
Lorenzo Aguirre, policía estatal de Nuevo México, con sede en Las Cruces, dijo que estos programas en ocasiones son muy chicos y podrían recuperarse de 30 a 100 armas esa no es la gente que la policía busca realmente por lo que siempre debe acompañarse de otras acciones de seguridad.
“Es difícil medir el efecto que tienen pero si se ha intentado y lo que han visto los investigadores es que no necesariamente resulta en disminución de violencia, pero políticas puede hacer diferencia”, dijo quién ha visto el desarrollo de este tipo de iniciativas tanto en la localidad como en Albuquerque, Nuevo México.
El comisionado David Stout, del Precinto 2, en entrevista previa dijo que “estos programas no reducen la violencia armada en gran parte porque no resultan en quitarles las armas a personas que supuestamente no deberían tenerlas. Simplemente no hay mucha evidencia de que reducen el crimen”.
Otros señalan que el condado o la ciudad de El Paso deberían invertir dinero en más educación sobre seguridad con armas para que se cuente con una mejor capacitación y conocimiento sobre las armas y su manejo seguro.
Foto cortesía
Cortesía / Arsenal decomisadoJaime Torres/El Diario de El Paso