Desde que instalaron la estatua del dios griego, el estado sureño ha sufrido inundaciones y tormentas torrenciales; yucatecos piensan que Chaac, el dios maya de la lluvia está enojado por el monumento
Una épica batalla entre dioses ha comenzado en el tranquilo puerto de Progreso, Yucatán, y los protagonistas no son otros que un grupo local, conocidos como los «Caballeros del Mayab».
Estos ciudadanos han tomado las redes sociales para organizar un evento en Facebook con una misión clara: destruir la estatua de Poseidón.
Quieren destruir la estatua de Poseidón
Según los lugareños, la llegada de la estatua del dios griego del mar ha desatado la ira de Chaac, el venerado dios maya de la lluvia y el agua. «Todo comenzó con la colocación de esa estatua,» dice Don Chucho, vecino de Progreso, mientras ajusta su impermeable. «Desde que llegó Poseidón, Chaac está que no lo aguanta ni su sombra. ¡Por eso las lluvias y el huracán que se avecina!»
El evento en Facebook, titulado con gran creatividad «Ir a destruir la estatua de Poseidón de Progreso», ha reunido hasta el momento a casi 5,000 asistentes confirmados y alrededor de 24,000 interesados en participar.
La convocatoria está programada para el próximo lunes 15 de julio a las 11:00 de la mañana. «Queremos dejar claro que no tenemos nada contra los griegos,» aclara Lupita, organizadora del evento. «Pero preferimos lidiar con nuestras lluvias habituales que con la ira de un dios ofendido.»
En redes sociales, los comentarios están llenos de humor y creatividad. «¿Quién diría que acabaríamos en una lucha de titanes en pleno siglo XXI?» escribe @Maya_Warrior. «Solo en Yucatán pasan estas cosas,» añade @LolBe2024.
Mientras la estatua de Poseidón sigue observando impasible el bullicio humano, Progreso se prepara para lo que podría ser el enfrentamiento más surrealista del año.
Los Caballeros del Mayab están listos para demostrar que, cuando se trata de proteger su tierra y apaciguar a sus dioses, no hay nada que no puedan lograr, incluso si eso significa enfrentarse a un coloso de mármol. ¡Que la batalla comience!
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