La Columna De El Diario
Ahora es comprensible la decisión tomada por el fiscal General del Estado, César Jáuregui, para remover a su fiscal de la zona sur, Juan Carlos Portillo Coronado
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Ahora es comprensible la decisión tomada por el fiscal General del Estado, César Jáuregui, para remover a su fiscal de la zona sur, Juan Carlos Portillo Coronado.
Del corralón bajo su cargo le fue “robada” en abril de este año una Ford tres cuartos de tonelada, parcialmente blindada, que la madrugada del lunes apareció entre Parral y Jiménez involucrada en un enfrentamiento entre grupos delictivos con saldo oficial de nueve muertos; extraoficial, más de 20.
Ese vehículo fue aparentemente abandonado y asegurado por el
Ejército en marzo, en la región de Baborigame, municipio de Guadalupe y Calvo. De allá fue llevado al corralón bajo responsabilidad del fiscal apodado “Tatos”, o “Tratos”, en Parral.
Es una troca que de ninguna manera pudo pasar desapercibida para policías y militares. La caja fue adaptada con acero tipo dompe y colocado en la parte superior un aditamento especial para disparar.
Presuntuosamente, sus apologistas le llaman monstruo, pero nada que ver. En Salaices le colocaron enfrente un Bulldozer, atrás varios fusiles .50. Fue reducida la cabina del monstruo casi a cenizas. (Fotos en versión digital, del antes y después).
Lo mismo que ocurra con el “fiscal Tratos” –está decidida la remoción, pero aún no se concreta- debe ocurrir con los fiscales de la zona Noroeste, Alejandro Vargas; y occidente, Silvia Gutiérrez.
Y debe ocurrir también con los mandos militares, Policía Estatal, Ministerial, y desde luego, municipales de las regiones de Guadalupe y Calvo, Balleza, Parral, Zaragoza, Coronado, Allende, Jiménez, Ojinaga, Benavides, Coyame, etc. Son inaplazables las reestructuras en virtud de la incontrovertible realidad. Frente a sus caras opera el crimen organizado.
Justo ese tema concentró la atención en las reuniones de seguridad llevadas a cabo el miércoles en la ciudad de Chihuahua encabezadas por la gobernadora, Maru Campos, los mandos militares de la Quinta Zona, con sede en Chihuahua; la 42, con sede en Parral; los jefes de la Guardia Nacional, Fiscalía General de la República (FGR), etc.
Resulta inconcebible para todos ellos que pasen de noche a sus mandos operativos –policías y soldados-, las caravanas de 10, 20, 30, 50 vehículos, muchos de ellos blindados, algunos equipados con torrecillas de acero para disparar.
Los retenes y las células mixtas detienen a conductores y los mandan a la cárcel hasta por aliento alcohólico, pero les sacan la vuelta a los ejércitos de sicarios. No ha de ser gratis.
El domingo 8 de septiembre la refriega paralizó la zona noreste del estado sin intervención alguna de células militares ni policiacas hasta después de ocurridos los enfrentamientos. Fueron recogidos solo en Ojinaga más de dos mil casquillos.
Hubo múltiples lesionados y reportados oficialmente seis muertos entre Ojinaga, Manuel Benavides, Coyame y muy cerca de Aldama, prácticamente pegada a Chihuahua capital. Este viernes fue reportado el hallazgo de otros 11 cuerpos cuando se suponía blindada después del 8 de septiembre.
Analistas en seguridad tanto de la Fiscalía General del Estado como del Ejército y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado consideran que aquella lumbre puede tocar en cualquier momento la región de El Valle de Juárez y amenazar inclusive la siempre inflamable zona urbana de esta frontera, cuya tranquilidad es la de un cuadro colgado con alfileres.
Solo una semana después de ocurrido el enfrentamiento en el noreste llegó la conflagración al sureste. Antes de iniciar los desfiles de Independencia por todo el país, la noche y madrugada del 16, una columna de vehículos tripulados por unos 100 sicarios del Cártel de Sinaloa tomó por la salida sur del Valle de Zaragoza, a 50 kilómetros de Parral, se dirigió hacia Coronado y tenía como destino Jiménez pero fueron emboscados en la vía principal del poblado de Salaices (municipio de López) y literalmente barridos por contras del Nuevo Cártel de Juárez (Línea) que dominan la región y llevan casi un año infiltrados en Parral.
Al frente de la caravana iba la troca tres cuartos “blindada”, la pseudo monstruo. Sus tripulantes fueron los primeros en recibir múltiples descargas de calibres gruesos. Ahí mismo murió el jefe del comando, apodado “El Cuatro”, Ángel Elías Pulido, cabeza del Cártel de Sinaloa-Gente Nueva en la región de Zaragoza.
Todos los que iban atrás del convoy alcanzaron a escapar, pero según fuentes policiacas murieron más de 20 de los ocho oficialmente reportados. También por el lado de La Línea habría más muertos que el único registrado de manera oficial.
Los análisis en las reuniones de seguridad sobre esos dos enfrentamientos, incluido el inmovilismo policiaco en los lugares que ocurrieron, condujeron a los jefes civiles y militares a acordar medidas de prevención para impedir que se repitan.
También acordaron profundizar investigaciones sobre las causas que los provocaron, las alianzas que se han venido tejiendo entre facciones de los dos cárteles que dominan el estado, el de Juárez y el de Sinaloa, y fortalecer las “barreras de contención” que eviten situaciones semejantes en Chihuahua y esta frontera, de por sí golpeadas con altos números de homicidios.
Deberán apurar la confección del mapa y evitar justo que se propaguen esos incendios. La región de Ojinaga, desde Aldama, siempre estuvo controlada por Sergio Menchaca “El Menchaca”, alias “Robin” para los estadunidenses; la Línea, su grupo delictivo.
El año pasado tomó el control de la región un hermano apodado “El Menchaquita” porque “Robin” decidió entregarse al gobierno estadunidense. Cruzó el río en la frontera con Presidio, y todo arañado por los gatuños, fue recibido por la Patrulla Fronteriza en el lado americano. Sufría delirios de persecución ocasionados por el consumo de drogas.
Antes de entregarse había expulsado “El Menchaca” de su numeroso grupo a varios “comandantes” liderados por “El 04”, Roberto González Hernández y por “El Coyo”, Socorro Ramírez, quienes durante un año buscaron alianzas hasta hallarla en Los Cabrera, del Cártel de Sinaloa en Durango. Particularmente en Alejandro Cabrera, no en su hermano José Luis.
Tras el enfrentamiento del 8 de septiembre surgió la hipótesis de que “El 04” había sido apoyado por sicarios de Coahuila, pero quedó clara la película con la posterior detención de siete individuos, ocho de Durango y uno de Parral. Ya fueron liberados los siete por una jueza penal de Chihuahua capital.
El Diario publicó videos exclusivos de aquella refriega que dejó patentada la capacidad de fuego lograda por los desertores de La Línea con apoyo de “Sinaloa”, pero más todavía de La Línea que repelió sin clemencia el intento de sus desertores para entregar la plaza a Los Cabrera.
Por si había alguna duda sobre los autores del intento de arrebatar la región, bajo la firma del Nuevo Cártel de Juárez, fueron dejadas este viernes por la madrugada en Ojinaga varias mantas encima de los cuerpos de 11 supuestos operadores de “El 04” cuyos textos aluden a la traición y a sus apoyadores:
“Aquí te dejo esto Roberto. Ya vez (sic) que estaba sola la plaza y tu eres quien la controlaba. Fuiste a decir a Durango y al último los abandonaste. Pero aquí te los ando juntando. Ve a Durango y que manden más gente, p…ndejo”.
Tenemos, entonces, que esa región debe ser bastante reforzada por las corporaciones de seguridad debido a que “El 04” no solamente insistirá en quedarse con el lucrativo territorio sino que ya cobra extorsiones a varios ranchos ganaderos, huertas, empresas y comerciantes.
El enfrentamiento en el sureste, enésimo enfrentamiento, tiene motivaciones distintas, actores distintos pero mismos cárteles.
Hace dos décadas, el territorio de Parral y buena parte de los municipios chihuahuenses serranos, han permanecido bajo el control del grupo Gente Nueva de los Salgueiro; a su vez, liderados por Aureliano Guzmán Loera, “El Guano”, hermano de “El Chapo”, Joaquín.
Los hechos del 16 de septiembre tienen que ver con el debilitamiento de Los Salgueiro (hermanos) debido a que han sido detenidos y asesinados muchos de sus operadores principales y a una guerra sin tregua sostenida con los grupos de la Línea-Juárez que operan entre Jiménez y Camargo; estos últimos, “Los Arellanes”, de los cuales fueron aliados hasta mayo del 2020.
En aquella fecha murieron cinco de sus integrantes, casi niños todos, en un avionetazo ocurrido en Balleza mientras iban a Guasave. Los padres de los menores supuestamente confirmaron que se trató de un atentado orquestado por los primos Salgueiro que operaron Parral hasta ser detenidos y llevados al penal federal del Altiplano.
“Los Arellanes”, oriundos de Guadalupe y Calvo, centro de operaciones de sus enemigos acérrimos, decidieron enviar comandos para combatirlos hasta aquel lugar. Ya tienen el control de varias comunidades bastante pobladas.
Ha habido muertos, lesionados y decenas, centenas de civiles inocentes desplazados, pero Los Salgueiro, exasperados, decidieron incursionar hacia Coronado-López y Jiménez, porque uno de sus principales operadores y operador de “Los Chapos”, apodado “El Kinis Lachica”, sufrió el pasado 5 de septiembre ataques en varias de sus propiedades, que incluyeron la quema de cinco avionetas.
La guerra NCDJ-Línea vs Salgueiro ha tocado punto en Juárez. El 27 de enero de este año, fue abandonado bajo el puente del Libramiento Juárez-Tornillo (por la carretera Panamericana) el cuerpo de José Domingo Carrera Bermúdez, alias “El 010”, quien fue levantado de la mera zona urbana de Parral seis meses antes, en agosto del 2023. Fue asesinado en el mismo libramiento y dejado su cadáver al lado de casi 300 kilos de distintas drogas, principalmente cristal. De ese tamaño era su importante en el Cártel de Sinaloa.
Esos son los resúmenes de lo que ocurre hoy día en sureste y noreste. No tienen los enfrentamientos relación con Sinaloa, pero la violencia es igual de inusitada y urgente de ser frenada. Hora del golpe de timón para combatirla adentro y afuera de las corporaciones de seguridad.
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