Por qué se incendian al
sifrir choque o volcadura en accidentes

De la Redacción

Amable conductor tome las medidas necesarias para prevenir cualquier accidente vial .

El motivo es que en la mayoría de los casos lo que inicia el fuego es un cortocircuito eléctrico.

Una de las peores cosas que puede pasar en una accidente de tráfico es que el vehículo siniestrado se incendie. Por suerte es una posibilidad muy remota, pero no imposible. Éstas son las causas que pueden hacer que un coche arda en un siniestro y lo que debemos hacer.

En un incendio existe lo que se conoce como «triángulo de fuego» que básicamente viene a decir que para que algo arda necesita de tres elementos: calor, combustible y oxígeno. Si falta una de las tres, el fuego se extingue automáticamente. Bien, pues para que un incendio se inicie, además de esos tres elementos necesitamos un «iniciador o detonante».

Esa escena en la que un coche vuelca e inmediatamente explota o en la que una fuga de gasolina genera un reguero que va corriendo hasta que toca el motor del coche y sale una llamarada mortal ha calado hondo en el subconsciente. Sin embargo, no es la gasolina o el gasóleo lo que suele provocar el incendio en un siniestro sino la batería. Por este motivo es por el que hay tantas noticias de incendios de coches eléctricos, porque los cortocircuitos son mucho más probables en ellos.

Los fabricantes lo saben y por eso instalan desde hace años sistemas que desconectan la batería del coche en caso de impacto para evitar cortocircuitos, que son la primera causa de incendio en un automóvil. También se instalan sistemas que cortan la alimentación de combustible, así que es realmente muy difícil que un coche llegue a incendiarse en un siniestro, pero no hay dos accidentes iguales y siempre existe la posibilidad de que una carambola haga que todos los sistemas para evitarlo fallen.

El motivo por el que un cortocircuito acaba casi siempre en incendio es porque con él se genera instantáneamente la temperatura necesaria para que un combustible arda, y un coche, aunque no tenga gasolina, está repleto de materiales que sí son combustibles, desde el aceite de las transmisiones hasta los plásticos y tapicerías interiores.

Sin embargo, la gasolina y el gasóleo no arden por sí solos, del mismo modo que un asiento de un coche no se incendia espontáneamente aunque esté fabricado con un material combustible. Necesitan de una fuente de calor intenso o una chispa.

En un accidente es fácil que los cables se corten y rocen contra las partes metálicas de la carrocería o con otro cable, generando un cortocircuito que inicia el fuego.

Para que una fuga de combustible acabe provocando el incendio es necesario que, además de cortarse la tubería de gasolina o gasóleo, éste se vierta sobre una fuente muy caliente (normalmente los colectores de escape del motor) o cerca de un cable dañado.

Fotos cortesía

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