By Staff

La ley que suspende el techo de la deuda había sido aprobada en el Congreso en medio de una dura resistencia y a tan solo días de que EEUU cayera en un inédito y catastrófico ‘default’. La firma del presidente Joe Biden sella finalmente el asunto que lo enfrentó con los republicanos.

El presidente Joe Biden firmó este sábado la ley que suspende por dos años el techo de la deuda y evita un ‘default’ sin precedente en la historia reciente de Estados Unidos. Con esto queda por cerrado el asunto que durante semanas lo enfrentó con los republicanos y que tuvo al mundo en vilo.

La legislación llegó al escritorio de Biden tras haber sido aprobada en el Senado en la noche del jueves y en la Cámara de Representantes el miércoles, un proceso bastante cuesta arriba que en ocasiones pareció estar al borde de descarrilarse por el duro rechazo de legisladores republicanos conservadores y demócratas progresistas que pensaban que sus líderes estaban dando demasiado.

Por qué es tan importante este acuerdo: Porque en riesgo estaban los pagos de la deuda y Estados Unidos nunca ha dejado de hacerlos en su historia reciente. Un ‘default’ selectivo hubiese desatado consecuencias que no había manera de estimar completamente. Pero todos coincidían en que hubiesen sido «catastróficas», desde la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, hasta los economistas y operadores de la bolsa de valores.

Que el gobierno federal fallara en hacer así fuese un solo pago de su deuda hubiese puesto también en riesgo la calificación crediticia del país. Estados Unidos goza de la mejor calificación, la AAA, por parte de la mayoría de las agencias calificadoras. Eso significa que puede tomar prestado en las mejores condiciones posibles y que muchos países usan sus bonos como el refugio seguro en el que guardan sus reservas extranjeras.
Era vital alcanzar un acuerdo porque al gobierno también se le hubiese complicado emitir pagos con los que millones de personas en el país logran llegar a fin de mes. Esos pagos van desde los cheques del Seguro Social y para los veteranos, hasta los desembolsos de cupones de alimentos, de los reembolsos tributarios del IRS y del dinero que fluye a los proveedores de salud.

Qué contiene, en 4 claves: El acuerdo alcanzado inicialmente por Biden y el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, fue resistido por legisladores de los dos partidos porque, por un lado, incluyó exigencias republicanas que rechazaban los demócratas y, por otro, mantuvo a raya cambios profundos que los republicanos más conservadores pedían para respaldarlo.

El acuerdo suspende, no eleva como tal, el techo de la deuda. El gobierno federal podrá tomar prestado el dinero que considere necesario (superando así el techo actual de $31.4 billones) sin tener que ceñirse a un límite estipulado por ley hasta al menos enero del 2025. Esto tiene un cierto matiz político, porque los republicanos pueden esgrimir que técnicamente no dieron luz verde a un mayor endeudamiento.

El pacto limita el gasto discrecional hasta 2025, aunque no en la magnitud que querían los republicanos: permanecerá estable en 2024 y crecerá muy levemente en 2025. La oficina de presupuesto del Congreso estima que ello reducirá el déficit presupuestario en $1.5 billones (trillion en inglés) en la próxima década, bastante por debajo de los más de $4 billones que buscaban los republicanos. El gasto militar y en los veteranos queda exento de los recortes presupuestarios.

La ley endurece los requisitos para acceder a la ayuda del programa SNAP o de cupones de alimentos como pidieron los republicanos. A partir de octubre próximo, más adultos que reciben esta ayuda deberán evidenciar que trabajan al menos 80 horas al mes. En una primera fase que arranca en octubre, las personas entre 50 y 52 años tendrán que cumplir con este requisito. En una segunda fase que inicia en el otoño del 2025 se incluirá a las personas de 53 y 54 años.

Se recorta el dinero que se programaba enviar al Servicio de Rentas Internas (IRS en inglés), en parte para que pudiese arreciar la lucha contra los evasores de impuestos. Esto era algo que también pedían los republicanos y resistían los demócratas. Y que según la oficina de presupuesto del Congreso tendrá como resultado un menor ingreso de dinero por el pago de impuestos que, a la larga, resultará en un mayor déficit presupuestario.

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